EGIPTO: 10 RINCONES Y EXPERIENCIAS QUE NO QUERRÁS PERDERTE.

¿Quién no ha soñado alguna vez con el maravilloso Egipto?, ¿con situarse frente a la Gran Pirámide de Keops en Guiza o navegar en un lujoso barco por las tranquilas aguas del Nilo? Los tesoros que alberga Egipto son innumerables, desde su gente, hasta su gastronomía, pasando, por supuesto, por todas sus famosas joyas arqueológicas que aún hoy en día, tenemos la enorme suerte de poder contemplar: Templo de Karnak, Templo de Luxor, la Gran Esfinge, las pirámides, el Templo de Abu Simbel, etc. Sin embargo, en el post de hoy, vamos a arriesgarnos un poco más y conocer algunos lugares en los que quizás no habíamos pensado tanto inicialmente, pero que tras leer un poco sobre ellos, desearemos con todas nuestras fuerzas visitarlos e incluirlos en nuestros futuros itinerarios por este alucinante país. ¡Allá vamos!

  1. PIRÁMIDE ESCALONADA DE ZOSER (MENFIS)

A poco más de 30 minutos por carretera de la ciudad de El Cairo, se encuentra Menfis, una ciudad que durante el Imperio Antiguo llegó a ser la capital. Es aquí, donde encontramos Saqqara, su necrópolis principal.

Para llegar hasta ella, este recorrido en coche viendo las afueras del Cairo, las casas pegadas al río, los edificios que parecen todavía sin terminar, la gente caminando con sus burros, es como retroceder en el tiempo.

La tumba más imponente de todas, que además revolucionó la arquitectura de la época, de mano del primer arquitecto conocido de la historia, Imhotep, es la Pirámide Escalonada de Zoser.

Esta, fue construida para el faraón Zoser (III Dinastía, 2.650 a.C) y es considerada la pirámide más antigua del mundo, ya que hasta el momento las tumbas eran siempre construidas bajo tierra y esta construcción lo cambió todo. Su altura alcanza los 62m, divididos en 6 gradas o escalones, por los que es apodada como ‘pirámide escalonada’.

A pesar de que hoy en día la encontramos en ruinas, al igual que todo el complejo funerario, como consecuencia de los saqueos que ha sufrido durante toda su historia, así como la mala conservación y los destrozos ocasionados a raíz de las revueltas de la Primavera Árabe; su majestuosidad y belleza continúan intactas.

Tras conocer las pirámides de Guiza, merece la pena acercarse a Menfis y conocer este lugar con el que sin la construcción de la Pirámide Escalonada de Zóser, las demás probablemente no existirían.

Vista de la Pirámide Escalonada de Zóser.

2. BARRIO ZAMALEK (EL CAIRO)

La inmensa ciudad de El Cairo no dejará de abrumarnos por sus calles llenas de tráfico, ruido, su cielo gris y esos edificios tan altos, pero también guarda y nos regala lugares que no esperamos encontrar. Uno de estos es el emergente y exclusivo barrio de Zamalek, ubicado en la isla con el mismo nombre y lugar donde además de situarse muchas de las embajadas de la ciudad, también es el hogar de algunas de las personas más ricas de la capital.

¿Por qué en las últimas décadas este barrio ha alcanzado tanta popularidad entre los turistas? Sin duda esta pregunta tiene cantidad de respuestas, pero vamos a centrarnos en sus dos puntos fuertes: cultura y gastronomía.

Ejemplo de esto, es que aquí se sitúa la Ópera de El Cairo, con ofertas continuas de ballet, ópera y teatro. Además, podremos visitar la famosa librería Sufi, refugio de intelectuales e interesantes charlas y talleres para los poetas y escritores locales o amantes de la lengua árabe. También en Zamalek, se encuentra el Palacio Aisha Fahmy de 1907, reformado recientemente y abierto como galería de arte. Y como no nombrar, la vistosa Torre de El Cairo, con una impresionante vista panorámica de la ciudad.

En cuanto a los restaurantes, la oferta es interminable, desde cocina fusión de diferentes culturas hasta la gastronomía egipcia más tradicional. Un edificio curioso y agradable, para introducirnos de lleno en la cultura egipcia es en el que se encuentra el restaurante Abou el Sid, decorado como una casa típica antigua y con platos típicos servidos en bandejas enormes giratorias, para no dejar de disfrutar.

Interior del restaurante Abou el Sid.

3. PASEO EN FALUCA (ASWAN)

Estas embarcaciones de vela construidas en madera, típicas del Alto Egipto, nos harán sentir como auténticos comerciantes nubios, casi nos parecerá que el tiempo a bordo de ellas no ha pasado. Si además, tenemos la suerte de que nuestro paseo coincide con el atardecer, la combinación de luces, con el blanco que predominará a bordo de nuestra faluca, será de los detalles que siempre recordaremos del viaje.

Es cierto, que durante nuestro crucero por el Nilo ya disfrutamos navegando en sus aguas, pero esta experiencia es totalmente diferente. De esta manera, obtendremos una experiencia completa, con otra perspectiva de las islas que rodean la ciudad de Aswan, mucho más cercana y excitante.

Una de estas islas es la famosa Elefantina, junto a la primera catarata, lo que la convirtió en un lugar clave para los primeros asentamientos de la zona, debido a esta estratégica ubicación.

Como curiosidades, si al regreso del paseo es ya de noche, ver la ciudad de Aswan iluminada a lo lejos es muy impresionante. Ademas, durante todo el paseo habremos tenido un contacto más cercano con personas nubias, ya que el personal de la faluca suele pertenecer a esta etnia y los niños que se acercan a las embarcaciones nadando encima de cualquier tabla, cantando para que les des alguna moneda, también.

Faluca navegando el río Nilo, a la altura de la ciudad de Aswan.

4. TEMPLO DE KOM OMBO (KOM OMBO)

¡Cómo no nombrar en este listado el inusual templo de Kom Ombo!

Por supuesto, este templo es uno de los imprescindibles a lo largo de nuestro itinerario navegando el Nilo. Es una parada que no puede faltarnos.

El templo pertenece a la época Ptolemaica (325 a.C.-30 a.C.) y se dedicó al culto de dos dioses: Haroeris y Sobek. Por esta razón, este templo es tan característico, ya que cuenta con un eje principal a partir del cual encontramos dos partes simétricas, cada una de ellas con su entrada, sala hipóstila y santuario o capilla.

A pesar de que parte del conjunto de este templo está en ruinas, su imponente fachada y los colores que aún se conservan en algunas de las inscripciones del interior, lo hacen muy destacable.

Para completar esta visita, debemos saber que justo al lado del templo, se encuentra el Museo del Cocodrilo, con momias de este animal que se encontraron por la zona, tras las excavaciones de 1893, cuando fue hallado.

Pared interior del Templo de Kom Ombo.

5. MONASTERIO DE SAN SIMEÓN (ASWAN)

En lo alto de una de las más imponentes montañas de la orilla este de Aswan, encontramos esta joya arquitectónica en forma de monasterio copto. Sus orígenes nos llevan hasta los siglos VI – VII d.C, siendo refugio de monjes misioneros encargados de acercar el cristianismo a estas tierras nubias.

Su buen estado de conservación es lo que nos enamorará, junto con su maravillosa ubicación en mitad del desierto, con vistas continuas al río Nilo. Una vez dentro del monasterio, tendremos la oportunidad de recorrer sus distintos habitáculos, podremos subir sus escaleras y contemplar en algunas de las paredes de sus celdas, las inscripciones y dibujos que sus habitantes dejaron y hoy nos parecen un regalo enigmático.

Por otro lado, una de las maneras de llegar al lugar es en camello, lo que para muchos resultará un añadido muy positivo a la visita, ya que las vistas durante el paseo son espectaculares. Antes de llegar, nadie espera el encanto del lugar que va a encontrar. ¡Uno de nuestros favoritos de la lista!

Monasterio de San Simeón.

6. SALA DEL TESORO DE TUTANKAMÓN (EL CAIRO)

En el Museo Egipcio de la ciudad de El Cairo, además de infinidad de maravillas, tenemos la suerte de poder visitar el tesoro del mismísimo Tutankamón, descubierto en 1922 por el famoso arqueólogo Howard Carter en la tumba de este faraón, ubicada en el Valle de los Reyes.

Es posible, que el objeto más llamativo de la exposición, nos resulte la máscara funeraria del faraón, sin embargo también podremos contemplar sus joyas, amuletos y sarcófagos.

Tutankamón, hijo del faraón Akenatón, gobernó entre los años 1342 – 1325 a.C. y es curiosamente uno de los más populares hoy en día. Probablemente, su fama se deba a lo bien conservada e intacta que se encontró su tumba. También, a raíz de ser encontrada, muchos de sus objetos funerarios viajaron por todo el mundo para formar parte de numerosas exposiciones. Por no hablar de la supuesta maldición que siempre ha acompañado a la tumba de Tutankamón, inspirando multitud de leyendas e historias que llenan de misterio e incógnitas su muerte y figura.

Tumba de Tutankamón en el Valle de los Reyes (Luxor).

7. SOBREVUELO EN GLOBO (LÚXOR)

Otra de las excursiones más llamativas y recomendables para todos aquellos a los que las alturas no les asustan, es el sobrevuelo en globo de la ciudad de Luxor al amanecer. Madrugar merecerá la pena, cuando desde lo alto contemplemos las dos orillas de la ciudad: la orilla de la vida, por donde sale el Sol y se encuentran las viviendas de los locales; y la orilla de la muerte, en el oeste, por lo tanto por donde se pone el Sol y se encontraban sus tumbas.

Colosos de Memnón, en la orilla occidental de Luxor.

8. ALDEA NUBIA (ASWAN)

Llegaremos navegando a uno de los pueblos nubios que se sitúan cerca de la ciudad de Aswan, para vivir de cerca las costumbres y tradiciones de esta etnia.

Los nubios son originarios del país vecino Sudán y el sur de Egipto, considerados una de las cunas de la civilización. Tras la construcción de la Presa Alta de Aswan y posterior formación del Lago Nasser, los asentamientos nubios que se encontraban esa zona fueron recolocados y ahora en su mayoría ocupan territorios cercanos a Luxor, Aswan y norte de Sudán.

La embarcación que nos acerca hasta la aldea nubia a visitar, atraca en una playa del Nilo de arena finísima, desde donde subiremos una pequeña duna y si queremos podremos montar en sus camellos que corren a o loco hasta el poblado (¡solamente para los más valientes!)

Las aldeas nubias están llenas de casas encaladas decoradas con vivos colores y tradición por todos sus rincones. Sus amables gentes siempre con una sonrisa, nos recibirán y mostrarán su modo de vida, sus escuelas, sus casas e incluso nos darán un paseo en sus camellos. Seguro que nos llamará la atención escuchar sus lenguas nubias, que aún conservan con orgullo y todos hablan. Realmente, el pueblo nubio es muy diferente al resto de egipcios.

Nubios frente a una tienda de artesanía en el interior de la aldea.

9. LAGO NASSER (ABU SIMBEL)

Egipto, como llevamos repitiendo durante todo este post, no deja de sorprendernos enseñándonos sus tesoros, y no cabe duda, que uno de los más majestuosos es el Lago Nasser.

Este lago artificial formado como consecuencia de la construcción de la presa de Aswan, es uno de los más grandes del mundo con más de 5.000km2 de extensión y forma parte de la frontera entre Egipto y Sudán. Además de su belleza paisajística, realizar un crucero por el mismo o alojarse en alguno de los hoteles que se sitúan en sus orillas, es el complemento ideal para quien busca paz y tranquilidad. Allí el silencio solo se rompe con el sonido de las barcas de pescadores que recorren sus aguas o quizá por alguna garza residente en ellas, o por supuesto, con esa siempre sobrecogedora llamada a la oración.

A su vez, desde el lago, podremos visitar los templos antiguos que fueron recolocados en sus costas, destacando el monumento declarado Patrimonio de la Humanidad: Abu Simbel, construido por Ramsés II y siendo uno de los templos más majestuosos de todo el país. Otros de estos son: Templo Kalabsha y Qasr Ibrim.

Mirador a orillas del Lago Nasser.

10. QUIOSCO DE TRAJANO (ISLA AGILKIA, ASWAN)

Por todos aquellos amantes del mundo egipcio antiguo será de sobra conocido el precioso Templo de Philae, dedicado a la diosa madre Isis y siendo uno de los mejor conservados del país, ubicado actualmente en la Isla Agilika (recolocado también tras la construcción de la presa de Asuán, anteriormente ubicado en la isla de File).

Comparte isla con tesoros como el Templo de Hathor o la Puerta de Adriano, pero en esta ocasión, vamos a destacar el quiosco de Trajano, construido por el emperador romano Trajano, con la creencia de que en su interior albergaba la barca de Isis.

El monumento destaca por estar rodeado de bellas columnas, cuyos capiteles nunca fueron acabados de decorar del todo. Además, actualmente el techo está descubierto, pero se piensa que antiguamente sí contaba con una cubierta de madera. Cuenta también con dos enormes puertas, una de ellas de cara a las brillantes aguas del Nilo, desde donde la brisa le deja a uno sin palabras (una vez más).

Quiosco de Trajano.

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